¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en el aseo de tu perro?
Probablemente será darle un baño.
Y sí, bañar a nuestras mascotas forma parte de su rutina de aseo, pero no es todo. Sabemos que quizás esto puede ser una de las partes más tediosas al momento de tener un perro en casa y que muchos piensan que mantener a su mascota bien aseada se refiere únicamente a darles un baño de vez en cuando. Pero la verdad es otra...
El aseo y limpieza de nuestros perros aborda muchos más temas como el cepillado, la limpieza de oídos, corte de uñas, entre otros. Y no son cosas que se deban hacer "de vez en cuando".
Por eso, desde Pancho's Kitchen hemos creado esta lista para que sepas la importancia de atender todos los puntos en la limpieza de tu perri-hijo.
5 reglas de oro para mantener aseado a tu perro
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Cepilla el pelo de tu perro: Dependiendo de la raza, es probable que algunos perros necesiten cepillados frecuentes, incluso todos los días, con el fin de eliminar el exceso de pelo, evitar los nudos y eliminar los desechos e impurezas del pelo y la piel. Si tienes un perri-hijo de pelo medio o largo y no se cepilla con frecuencia, es probable que se enrede y pierda brillo. Sin contar que más adelante será más difícil desenredar su pelo... Esto no sólo será costoso para ti sino que también puede ser doloroso para tu mascota.
Además, dedicar unos minutos cada día para cepillar a tu perro es una excelente oportunidad para conectar y reforzar sus lazos, ya que para ellos es como un masaje siempre y cuando sea hecho con delicadeza y de manera correcta.
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Cepilla sus dientes: el aseo de la boca es super importante para la salud y bienestar general de tu perro. Ellos, al igual que nosotros necesitan de cuidados en sus dientes y hocico, y hacerlo solo te toma unos cuantos minutos al día pero el beneficio es muy grande para ellos. Las primeras veces que cepillas los dientes de tu mascota, puede que le resulte como una experiencia extraña e incluso un poco incomoda, pero con el tiempo se irá familiarizando hasta que se convierta en un hábito.
De hecho, una excelente forma para acostumbrar a tu mascota a que le toquen su boca, es a través de los masajes faciales. Estos consisten en tocar o acariciar su carita, desde el cuello, pasando por las orejas, ojos, mandíbula, etc, hasta llegar al hocico. Para este entonces, seguramente tu perri-hijo estará en un estado de relajación y dejará que lo toques sin problemas generando desensibilización de su boca, lo que hará más fácil el cepillado de sus dientes.
Un super tip para combatir la placa y el sarro es usar un gel enzimático antes de cepillar sus dientes. Cuidar la higiene bucal de tu perri-hijo es super importante porque de esta forma controlas su salud y evitar complicaciones como placa dental, pérdida de piezas dentales, mal aliento, etc.
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Corta las uñas de tu perro: Probablemente cortar las uñas de tu mascota puede ser una de las cosas que más temor te cause, especialmente si tiene las uñas oscuras, ya que de cortar demasiado puedes cortar sus terminales nerviosas y generar dolor y sangrado a tu perri-hijo.
De hecho, muchas personas prefieren delegar esta tarea a un peluquero o veterinario pero, lo que sucede generalmente en estos casos es que pasa mucho tiempo entre cada cita y sus uñas crecen muy largas. Lo que puede ser incómodo para tu perro y causarle lesiones si una uña se engancha o enrosca en algo y se clava en su pata.
Por eso, nunca cae mal aprender a cortar las uñas de tu perro de manera correcta. Afortunadamente en internet existen muchos tutoriales que te enseñan paso a paso cómo hacerlo... Es evidente que las mascotas que han desarrollado una fobia por el recorte de uñas requerirán un poco más de tiempo y mimos, pero con paciencia y un enfoque amigable, la mayoría puede aprender a tolerar el recorte de uñas regular.
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Bañar a tu perro: Increíblemente, aún hay personas que piensan que a los perros solo se los debe bañar cuando están sucios a la vista o cada tantos meses. Hay quienes evitar hacerlo por el rumor de que bañar a los perros demasiado seguido les puede resecar la piel, dañar el pelo y ocasionar hongos... y sí, esto puede pasar, especialmente cuando no se usa el shampoo correcto, no secamos bien el pelo o si tu perri-hijo tiene alguna condición en donde los baños frecuentes no le favorezcan.
Por el contrario, hay perros que por algún tipo de afección cutánea, necesitan baños medicados varias veces por semana. Todo esto, bajo instrucción de un veterinario que evaluó su caso y determinó el mejor tratamiento para la recuperación de tu mascota.
Por regla general, debemos bañar a nuestro amigo de cuatro patas cuando le requiera: tiene mal olor, está sucio, grasiento o tiene picazón en su piel. Dependiendo de su tipo de pelaje, puedes establecer un promedio de cada cuánto bañarlo; por ejemplo, una vez al mes o una vez cada mes y medio. Para esto, puedes apoyarte en la asesoría y conocimiento de su veterinario, quien conociendo su perfil podrá darte una recomendación más acertada sobre cuál es la frecuencia ideal de baño que tu perri-hijo requiere.
Es importante usar un shampoo adecuado para tu tipo de piel y objetivo y sobre todo que sea un shampoo para perros ya que el shampoo de humanos tiene un pH diferente al que ellos necesitan. Afortunadamente, hoy en día existe mucha variedad de shampoos dependiendo de la necesidad: pelo blanco, pelo largo, antipulgas, piel sensible, etc.
Es recomendable elegir un shampoo que no contenga sulfatos ni químicos agresivos y que estén especialmente formulados para aliviar, acondicionar, así como fomentar una piel y pelaje saludables en las mascotas. Busca productos que contengan extractos herbales orgánicos relajantes, sin aromas sintéticos ni ingredientes difíciles de pronunciar.
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Limpia las orejitas de tu perro: Otro aspecto clave para una buena higiene de tu perro es limpiar sus orejas. Cuando lo bañes, protégelo colocando unos algodones en las orejas para evitar que le entre agua. Cuando termines puedes usar esos mismos algodones para limpiar las orejas y eliminar cualquier suciedad que pueda tener.
Para hacerlo de manera más adecuada, puedes colocar líquido limpiador de orejas (siempre siguiendo las instrucciones) y masajearlas para que el líquido cubra el interior por completo. Utiliza tantas bolas de algodón como te sea necesario hasta que obtengas una bola de algodón limpia en cada oreja.
Deberás limpiar sus orejas con tanta frecuencia como sea necesario para evitar la formación de cera y desechos; en el caso de muchos perros será de forma cotidiana o varias veces por semana.
Si tu perri-hijo es propenso a las infecciones de oído o tiene el interior de las orejas muy peludas, es mejor que valides con su veterinario cuál es la mejor manera de proceder sobre su limpieza.
Como puedes ver, cumplir estas 5 reglas realmente es fácil. Más que nada, se requiere de constancia y compromiso para obtener excelentes resultados: un perri-hijo limpiecito, guapetón y sobre todo muy saludable.