Si quieres que tu gato confíe en ti, NO hagas esto 👇🏻

Si quieres que tu gato confíe en ti, NO hagas esto 👇🏻

Las que tienen un gati-hijo en casa, saben que muchas veces hacerse amiga de ellos y crear “vínculos” puede ser un poco complicado al inicio. Además de que es muy fácil arruinar esta relación. Los felinos son criaturas demasiado sensibles y cada uno es "original", lo que significa que no hay dos gatos iguales.

Cómo si fuera poco, los gatos tienden a encontrar muchas cosas normales y cotidianas como eventos estresantes. Por ejemplo, incluso un pequeño cambio en la rutina diaria de un gatito puede hacerlo sentir aprensivo, mientras que los grandes cambios, como mudarse a una nueva casa o la llegada de una nueva mascota, pueden hacer que los gatos más geniales cambien de un momento a otro.

Los gati-hijos necesitan sentirse a cargo de su entorno y relacionan los cambios en su alrededor o en su rutina diaria con una pérdida de control, lo que los hace sentir ansiedad. Y el problema es que muchos padres de mascotas bien intencionados no se dan cuenta del papel que pueden desempeñar en el estrés que desarrollan los miembros felinos de la familia.

Por eso, en el blog de hoy de Pancho’s Kitchen queremos contarte 10 cosas que no debes hacer si quieres mantener la confianza de tu gati-hijo.

Si quieres que tu gato confíe en ti, NO hagas esto:

  1. No fuerces las interacciones. No lo saques de su escondite ni lo sujetes contra su voluntad (a menos que haya una emergencia de algún tipo y necesites moverlo). Anímalo a que se acerque a ti, pero déjalo que él marque sus términos. Tener interacciones positivas y amables fomenta la confianza. Si notas que se va a esconder o a tomar una siesta, no lo persigas. Tener tiempo para sí mismo cuando lo desee lo ayudará a sentirse seguro y protegido.
    Para mejorar su comunicación, aprende a interpretar su lenguaje corporal, expresiones faciales y vocalizaciones. 

  2. No lo castigues. Cuando tu gato se comporta de una manera indeseable, si lo maltratas solo lo enseñaras a temerte. Gritarle lo asustará, pero tal vez solo por el momento. En cambio, cuando descubras que tu gato realiza comportamientos indeseables, debes distraerlo con un juguete o con una actividad para enseñarle comportamientos adecuados y luego recompensarlo por su buen comportamiento de forma generosa.
    Además, debes asegurarte de que tenga acceso a muchas superficies agradables para trepar y rascar por toda la casa, y mantener los artículos peligrosos fuera de su alcance.

  3. No fomentes la agresión durante el juego. La agresión relacionada con el juego es un comportamiento muy típico en gatitos, sobre todo en los gatos jóvenes. Esconderse debajo de los muebles y saltar para atacarte el pie o el tobillo, saltar sobre tus piernas debajo de las mantas e incluso luchar y morderte la mano son cosas normales para un gato joven. Por lo general, tu gatito escaparía de ese tipo de agresiones relacionadas con el juego con sus compañeros de camada.
    Si un gatito actúa muy rudo con sus compañeros de camada, le morderán o dejarán de jugar, para enseñarle que hay límites. La agresión en el juego con rasguños y mordiscos desinhibidos se observa en gatitos y en gatos jóvenes que fueron destetados a temprana edad, con poca actividad y sin socialización.
    Puedes ayudar a evitar el juego agresivo en tu gatito al asumir el papel de sus compañeros de camada; cuando esté a punto de abalanzarse sobre ti, di en voz alta "ay" y deja de jugar durante unos minutos. Si eres consistente, tu gatito aprenderá cuáles son los límites del juego.

  4. No lo mires fijamente. Muchos gatitos se sienten muy incómodos con el contacto visual de sus humanos. Esto se debe a que la mayoría de los animales ven el contacto visual prolongado como un acto de agresión y mirar a tu gato así puede hacer que sienta ansiedad y miedo. Una mejor forma de mirar a tu gato es cerrar los ojos durante unos segundos, luego abrirlos y mirar hacia otro lado, o simplemente mirar hacia otro lado una vez que el gatito encuentre tu mirada. Esto le demostrará que no eres una amenaza.

  5. No sujetes a la fuerza a tu gato. No lo sostengas para besarlo ni abrazarlo en contra de su voluntad. Los gatos son depredadores naturales, pero a la vez pueden ser presas. Lo primero que hace un depredador al atrapar a un animal de presa es inmovilizarlo, por esta razón los gatos sienten la necesidad de moverse libremente y escapar. También, es por eso que tal vez se estresa cuando lo abrazas, a pesar de tus muestras de cariño.
    No agarres su cabeza. Es natural que los humanos se acerquen a los gatos de frente, sin embargo, ese no es un comportamiento natural en ellos, por lo que la respuesta de la mayoría de los gatitos es evitar ser atrapados.
    Se sienten mucho más cómodos con caricias suaves a lo largo de la cabeza, desde el cuello hasta la cola, o con un leve rascado alrededor de las orejas o barbilla.
  6. No seas una presencia desconcertante a su alrededor. La mayoría de los gatos se ponen muy nerviosos con ruidos o movimientos repentinos, o con cualquier cosa que pueda interpretarse como agresiva o incluso asertiva. Cuando lo quieras tocar, háblale suavemente y muévete de manera lenta y tranquila. Trata de estar tranquilo para que confíe en ti mientras estás en su entorno.

  7. No asumas que tu gato no necesita ayuda para su aseo personal. Los gatos se acicalan a sí mismos, pero aun así necesitan ayuda para mantener en óptimas condiciones su pelaje y garras. La cantidad de cuidados que necesita tu gato depende del tipo y textura del pelaje, así como de su edad, estilo de vida y estado de salud. Los gatos mayores pueden tener problemas para mantener su cuidado personal; mientras que los gatos con la cara "chata" (como los del Himalaya y los persas) podrían necesitar limpieza en los pliegues de la piel para prevenir infecciones. Tu gato también necesita un cepillado regular e incluso podría necesitar un baño ocasional.

  8. No ignores su caja de arena, ni siquiera por un día. Los gatos son criaturas exigentes y la mayoría hará un uso constante de una caja de arena limpia y bien colocada. Sin embargo, si permites que la caja se ensucie y huela mal, muchos gatitos defecarán en otro lugar. Esto es muy cierto para los gatos mayores que tienden a volverse aún más quisquillosos a medida que envejecen. Si quieres que tu gatito siempre haga sus necesidades en su caja de arena, asegúrate de retirar los desechos al menos una vez al día. Debes lavar con agua y jabón la caja de arena por lo menos una vez a la semana, o cada dos semanas y reemplazar toda la arena.

  9. No uses productos aromatizantes fuertes en tu hogar. Estos incluyen velas aromáticas, aromatizantes y otros químicos con olores fuertes. Los gatos son muy sensibles a los olores (esta es una de las razones por las que se estresan tanto durante las visitas veterinarias, ¡son demasiados olores!), y a menudo les disgustan los olores fuertes en el aire, ropa o cama, e incluso en sus humanos. 

  10. No dejes a tu gato solo en casa durante largos períodos. Muchas personas creen que una de las ventajas de tener de mascota a un gato es que su naturaleza independiente les permite permanecer solos por largos períodos de tiempo. Aunque, es cierto que la mayoría de los gatos no requiere tanta atención como los perros, no es una buena idea dejar solo a tu gato cuando viajas.
    Tu gato podría lastimarse o enfermarse durante tu ausencia, y nadie lo sabría. Te recomiendo pedirle a una amigo, familiar, vecino o cuidador de mascotas profesional que visite a tu gato todos los días, durante tu ausencia, para alimentarlo y proporcionarle agua, así como para limpiar su caja de arena y permanecer algunos minutos con tu mascota para asegurarse de que esté contenta y saludable.

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