Tener la dicha de contar con un perro en la vida es un regalo. Ellos nos enseñan del amor, la paciencia, la alegría, el asombro, el juego y mucho más.
Su compañía trae beneficios increíbles a los jóvenes y adultos, pero sobre todo a los niños, especialmente a los que se encuentran en edad preescolar (entre los 2 y 5 años).
Si tienes niños pequeños en casa, habrás notado que ellos se sienten interesados de forma muy natural en los animales, no sólo en los perros, sino en cualquier especie: un pelaje suave y brillante, los movimientos que hace, su forma y el movimiento de la cola son sólo algunos ejemplos que cosas que a los niños les llama la atención y suelen querer conocer más. Claro está, al ser niños pequeños, las interacciones entre ellos y cualquier animal siempre debe estar supervisada por un adulto, ya que los niños pueden ser involuntariamente rudos y podrían asustar o lastimar a una mascota, y viceversa. En la mayoría de los casos, los beneficios de tener un perro superan con creces los riesgos, incluyendo los beneficios únicos para el desarrollo social y emocional.
Los beneficios emocionales de los perros en niños en edad preescolar
Un centro de investigación australiano realizó un estudio en donde encuestaron a más de 1600 padres sobre la tenencia de perros y las actividades relacionadas como paseos y juegos. El estudio encontró que el sólo hecho de tener un perro en casa disminuye la probabilidad de tener problemas de conducta en los niños, así como también disminuyen los conflictos con los compañeros y dificultades generales en comparación con los niños de familias que no tienen perros.
También se halló que los comportamientos prosociales como cooperar y mostrar empatía, también ocurrieron con más frecuencia en los hijos de familias con perros en comparación con las familias sin perros. Los niños que tienen un perri-hijo con el cuál salir a pasear o jugar, tienen mejores comportamientos prosociales. Aquellos niños que participan en paseos familiares juntos a sus mascotas con frecuencia o que juegan con su compañero varias veces a la semana incluso tienen muchos mejores comportamientos prosociales.
Esto sucede básicamente porque al tener un perro en casa e interactuar con él, los niños aprenden desde temprana edad temas como cuidado, responsabilidad, afecto, atención y mucho más, lo que es un mecanismo muy valioso para el desarrollo de sus habilidades sociales. Sin contar los beneficios de la frecuencia y cantidad de actividad física.
Tener un perro mejora la autoestima y desarrolla la empatía
Los niños que crecen y conviven con mascotas, en este caso perros, tienen excelentes oportunidades de desarrollar su personalidad y valores de manera positiva, especialmente cuando están involucrados en aspectos como el cuidado y tiempo de calidad durante los juegos.
Un estudio demostró que los niños en edad escolar que tenían perros en casa, presentaban una mayor autonomía y niveles más altos de autoestima. De igual forma, también se notó que los niños que conviven con perros eran más empáticos y sociables que aquellos que no.
Si podemos llegar a una idea respecto a este tema es que una relación positiva y cercana con un perro (o cualquier mascota) fomenta una crianza maravillosa en los niños, porque trabaja en ellos la compasión, el sentido de responsabilidad y el amor propio.
Y esto se traduce en algo positivo para la sociedad, ya que hay mayor probabilidad de que estos niños se desarrollen como personas amigables, empáticas, responsables y menos agresivos a medida que crecen.
¿Cuáles son las mejores mascotas para niños pequeños?
4 de cada 10 niños crecen en un familia con mascotas y además, se estima que el 90% de las personas convivirá con una mascota en algún momento de su infancia.
Si eres madre o padre de familia, y estás pensando en agrandar la familia con una mascota, debes tener presente la edad en la que se encuentran tus hijos, ya que dependiendo de ella podrán involucrarse en mayor o menor medida con respecto al cuidado y atención del nuevo integrante.
Siempre se puede empezar con una mascota pequeña que no requiera muchos cuidados y sobre todo, no delegar el 100% de responsabilidad y cuidado a los niños pequeños, los padres siempre deberán supervisar y guiar las interacciones. La idea es que vayan comprendiendo que otros seres vivos requieren atención para mantenerse vivos y sanos. Algunos ejemplos de mascotas pequeñas pueden ser peces, hamsters, tarántulas, etc. Cada uno tiene diferentes niveles de cuidado pero son bastante fáciles de controlar y mantener.
Los perros también son excelentes mascotas, pero debes supervisar de cerca a tu hijo hasta que aprenda a iniciar interacciones de manera segura. Cosas como el tamaño, edad y temperamento de tu perri-hijo también permitirá establecer con cuánta frecuencia y en qué tipo de actividades se puede involucrar tu hijo.
Si, por ejemplo, tu perro es de tamaño grande, preferiblemente no vas a dejar a tu hijo que lo pasee ya que lo puede jalar de la correa y lastimarlo, pero si podría cepillar su pelaje, darle snacks (si tu perro los sabe recibir bien), ayudar a bañarlo, jugar con él, etc.
Entre las razas más populares de perros para niños pequeños destacan los labradores, golden retriever y beagles, pero también es una excelente opción adoptar o rescatar un perrito en necesidad.
Independientemente de la raza, el mejor momento para empezar la socialización entre perros y niños, será con el perro siendo cachorro. Si es adulto claro que es posible, solo que quizás tome un poco más de tiempo.
Tener niños y mascotas en casa es una alegría doble y una manera excelente de trabajar los valores de cuidado, responsabilidad y empatía en nuestros pequeños. Quien con perros crece sabe mejor que nadie de lealtad, preocupación, amor y compromiso.
¡Nos encantaría conocer tu historia! ¿Creciste con perros en casa desde temprana edad? ¿Tus hijos pequeños conviven con mascotas? Cuéntanos tu experiencia.